El artista, fallecido el viernes a los 84 años, fue uno de los grandes dibujantes de la era clásica de las historietas norteamericanas.
por Rafael Valle
Gene Colan era un dolor de cabeza para los entintadores, esos profesionales del cómic que repasan con negro los dibujos a grafito. Y la razón es que el tipo era demasiado bueno en lo suyo. Un artista completo y lo más parecido a un "pintor a lápiz", como lo denominó uno de los estudiosos de su obra en el obituario publicado ayer por The New York Times.
Colan falleció el viernes a los 84 años, debido a un cáncer, y su desaparición cierra una etapa clásica en las historietas norteamericanas. El dibujante partió en los 40 y se convirtió en una celebridad dos décadas más tarde, cuando el editor Stan Lee lo hizo miembro estable de la plantilla de Marvel Comics. Allí tomó el trazo energético impuesto por el ilustrador Jack Kirby -el que mandaba en la casa- y lo pasó por su propio cedazo: dándole a los rostros y cuerpos un toque hiperrealista, casi fotográfico y plagando los escenarios de esas sombras que fueron su marca de fábrica.
Sí, las famosas sombras de Colan, que podían pasar del negro más intenso al más tenue de los grises en la misma viñeta. Para desgracia de los pasadores a tinta, que nunca supieron bien cómo reproducir esa riqueza cromática que se dejó ver en personajes como Iron Man, Sub-Mariner y Capitán América, serie donde ayudó a crear a Falcon, el primer superhéroe de raza negra. El artista también tuvo un elogiado paso por Daredevil, el héroe ciego y con habilidades de acróbata al que convirtió en una criatura nocturna inmersa en los rincones más lúgubres de Nueva York; en una suerte de Batman bien logrado, mientras en DC Comics -la compañía rival de Marvel- el Hombre Murciélago era una franquicia estancada y protagonista de una colorinche serie de TV.
Jack, el mordedor
Stan Lee lo bautizó como Gene 'The Dean' Colan. Conocía bien los talentos de 'El Decano', forjado entre sus estudios en el Art Students League de Nueva York y varios años haciendo cómics de vaqueros, de guerra y de terror. Por su estilo, a Colan le calzaban perfecto los personajes y temáticas sobrenaturales, y fue así como pasó por la serie Dr. Strange antes de aterrizar en Drácula, la gran obra de su carrera.
Cambios en el Comics Code, que desde la era maccarthista mantuvo una severa censura sobre las historietas, motivaron que a principios de los 70 Marvel editara revistas de contenido más crudo y sangriento. Lee tuvo la idea de hacer una serie protagonizada por Drácula y Colan, al enterarse, corrió a hacer sus bosquejos del Príncipe de las Tinieblas. "Le di el aspecto de Jack Palance, años antes de que Palance hiciera de Drácula en televisión, y la envié. Recibí una llamada inmediatamente. Stan dijo, 'la serie es tuya'", contaba hace algunos años, entrevistado por la revista especializada Alter Ego.
Con guiones de Marv Wolfman, la revista La Tumba de Drácula fue uno de los hits de Marvel entre 1972 y 1979. Un logrado homenaje al género del terror, plagado de zombis, hombres lobo, brujos y seres humanos perseguidos por la maldición de este flemático chupasangre. Era el lado B del universo de tipos enmascarados y forzudos, el rincón más siniestro, y en el que Colan y su escritor dieron vida también a Blade, el cazador de vampiros que décadas más tarde tendría una exitosa llegada al cine.
En paralelo, Colan fue reclutado en esa década como titular de Howard the Duck, una de las series más pintorescas de la editorial, con un protagonista modelado a imagen y semejanza del Pato Donald. La elección de "El Decano" no pudo ser mejor, resaltando con su estilo realista el contraste entre este personaje salido del manual de estilo Disney y el mundo de los humanos, al que llegaba desde otra dimensión.
Gene Colan pasó en los 80 a DC Comics, donde dibujó a varios personajes. El más memorable, por cierto, fue Batman, que recuperó cierta atmósfera perdida en manos de este artista que no dudaba en salir a la calle con una cámara fotográfica para recopilar escenarios urbanos para sus trabajos. Aquejado de cáncer y problemas hepáticos, el dibujante pasó sus últimos años haciendo ilustraciones para fans con sus creaciones más conocidas (www.genecolan.com). Piezas que con su muerte se engrandecen, como legado de una era tan dorada como sombría en la historia de los cómics.
Fuente:
http://diario.latercera.com/2011/06/26/01/contenido/cultura-entretencion/30-74308-9-gene-colan-el-dibujante--que-le-puso-sombras--a-los-heroes-del-comic.shtml
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