Por Pablo Waisberg
“Bloqueo a las importaciones”. Ése es el título que lleva el comunicado de la Cámara Argentina del Libro (CAL) y que circuló ayer entre sus socios. Es una de las dos entidades que reúnen a todas las empresas que producen o venden libros en la Argentina. La otra es la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP), que agrupa a las firmas más grandes del sector.
Allí, las reuniones para intentar destrabar el ingreso de publicaciones impresas en el exterior se sucedieron desde el viernes sin solución y las “novedades” de octubre están paradas en el puerto local, flotando o a punto de embarcar del otro lado de las fronteras por decisión del Gobierno nacional.
Los libros importados se reparten entre los que publican editoriales que no están asentadas en la Argentina y los que imprimen en el exterior las multinacionales con sede en Buenos Aires. Todo ese volumen equivale al 78% –unos u$s115 millones durante 2010– de los 76 millones de libros al año que se consumen en el país, según datos del Ministerio de Industria.
“Informamos a los señores importadores y operadores de comercio exterior, que desde el día jueves 15 de septiembre pasado fueron bloqueadas todas las importaciones de libros. Desde esa fecha la cámara se encuentra realizando gestiones para saber concretamente desde qué organismo fue disparado el instructivo, e iniciar acciones pertinentes para la normalización de dichas operaciones”, indicó la Comisión de Comercio Exterior y Ferias Internacionales de la CAL en el comunicado enviado a sus asociados al que tuvo acceso BAE.
Según fuentes del sector, en la sede de la CAP –que reúne a Artes Gráficas Rioplatense, Cúspide Libros, Grupo Santillana, Editorial Signar, Grupo Ilhsa, Editorial El Ateneo, Grupo Editorial Planeta, Kapelusz Editora y Tinta Fresca, entre otras– hubo reuniones desde el viernes mismo, que continuaron con llamadas telefónicas en el fin de semana. Ayer por la tarde siguieron las discusiones, pero las autoridades de la entidad evitaron opinar sobre el tema. “Tenemos todas las novedades de octubre paradas del otro lado de la frontera”, reconoció una empresa de la CAP a este diario, pero pidió absoluta reserva del nombre.
Las empresas del sector, mayoritariamente las grandes, imprimen buena parte de sus trabajos en el exterior. Algunas en países limítrofes (Chile y Uruguay), “porque es más barato y porque en el mercado local no hay capacidad para absorber todo ese trabajo”, o en China.
“La medida es una locura”, afirmó Guillermo Kliczkowski, dueño de Nobuko e integrante de la CAL, que vende libros de arquitectura y diseño que se editan en España. “Desde ya que no hay capacidad en la Argentina para imprimir el volumen de publicaciones que se importan, y lo que va a ocurrir es que los que van a empezar a vender más son los de Amazón.com (librería virtual), porque lo que se va a terminar haciendo es sustituyendo al proveedor”, se quejó.
De todos modos, dijo que está de acuerdo con que “los libros de autores argentinos se impriman en el país, pero eso debe hacerse de modo gradual”.
Algunas de las firmas consultadas apuntaron sus cañones contra el Ministerio de Industria, donde se elaboró un proyecto de ley para impulsar la industria nacional del libro que desde mitad de año está siendo analizado por el Ejecutivo. Pero desde esa cartera señalaron que ellos no tomaron ninguna medida “porque sobre los libros no se aplican Licencias No Automáticas”.
El proyecto plantea la necesidad de recuperar el liderazgo regional en la producción y exportación de libros, aunque fuentes de la industria gráfica local reconocen que no podrían afrontar el volumen de trabajo. En la Argentina, se ponen en las bateas unas 500 “novedades editoriales” mensuales a un promedio de 3.000 ejemplares por edición: habría 1.170.000 publicaciones paralizadas. Además, entre febrero y mayo el mercado interno recibe unos 2 millones de libros escolares.
Sin embargo, al anticipar el contenido del proyecto ante empresarios de la Federación Argentina de la Industria Gráfica, en mayo pasado, la ministra Débora Giorgi consideró que el proceso de sustitución de importaciones podría “crear 2.000 empleos directos”. Insistió en que ese sector es “un ejemplo de integración de la cadena de valor horizontal” y que esa estructura productiva –que suma unas 8.000 empresas– llevó al sector a exportar u$s350 millones en 2010 con productos “de alto valor agregado”.
LAS CIFRAS
76 millones de libros se consumieron el año pasado en la Argentina.
78% de esas publicaciones se importaron y fueron impresas en Uruguay, Chile, China y otros países.
500 novedades editoriales, sin contar los libros escolares que suman 2 millones entre febrero y mayo, llegan todos los meses a las bateas de las librerías.
2.000 empleos directos se crearían si se impulsara la sustitución de importaciones y la ampliación de la estructura de la industria gráfica local, según el proyecto que analiza el Ejecutivo.
Fuente:
http://www.diariobae.com/diario/2011/09/20/1547-el-gobierno-bloqueo-el-ingreso-de-libros-importados.html
Actualización: El Gobierno aclaró que "no hay prohibición de importación de libros"
http://elblogazodelcomic.blogspot.com/2011/09/el-gobierno-aclaro-que-no-hay.html
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