Los dos se conocieron en esa ciudad canadiense en marzo de 2007 cuando compartieron la casa en la que vivían realizando una residencia artística y eso dio la oportunidad para que González comenzara a filmar algunas escenas que luego darían origen al documental.
"Hacía entre 20 y 30 grados bajo cero y estábamos los dos como encerraditos en la misma casa. Lo lindo era que venía cada uno de su planeta y veías cómo le trabajaba la cabeza al otro. En realidad ella tenía el proyecto de filmar a unas directoras canadienses pero cada tanto me decía: `¿te molesta si te filmo un ratito?`", cuenta Liniers, riéndose y recordando aquella residencia.
"Pasaron varias cosas -señala por su parte Franca-, por un lado me daba miedo salir con la cámara bajo la nieve con 30 grados bajo cero pero a pesar de eso me empecinaba hasta que en determinado momento me pregunté: `¿cuándo en un documental uno puede tener la posibilidad de filmar a alguien con quien vive?`" "Esa instancia de intimidad que para mí es uno de los motores de búsqueda del documental -continúa la realizadora- estaba al alcance de la mano. De pronto advertí que lo interesante para contar pasaba adentro y no afuera".
Franca González agrega que a pesar de todo eso "lo que filmé en Montreal no estaba pensado para hacer una película" y añade que "el problema vino después".
En este sentido la realizadora se refiere a que un año más tarde, y en Buenos Aires, le plantea a Liniers hacer el documental pero el dibujante se niega, escena que está registrada en la película y sobre la cual Liniers elabora un dibujo en el mismo momento de dar su negativa.
"Franca se empezó a entusiasmar con el material y me proponía hacer una película que yo intentaba frenar hasta que su insistencia y su decisión me llevaron a aceptar", dice el dibujante.
"El tema -cuenta el autor de la tira Macanudo- es que yo en mis historietas me dibujo a mí mismo con orejas de conejo pero tengo como muy controlado lo que muestro y lo que no muestro de mi vida y cómo quiero o no quiero que me vean, entonces pasarle esa posibilidad a otro me daba vértigo".
De hecho la película gira narrativamente, en parte, sobre las resistencias del dibujante a mostrar su intimidad y sobre su planteo de que lo interesante está en su trabajo antes que en las cuestiones más personales.
Además de las imágenes de Montreal y las de Buenos Aires, la película incluye una serie de animaciones sobre dibujos de Liniers de muy alta calidad artística, realizadas por Pablo Goytisolo.
"La elección de Pablo fue muy importante, sobre todo para mí que soy muy controlador y dictador de mis dibujos y me genera mucha dificultad ceder mi trabajo para que otro lo interprete", asegura Liniers.
Por su parte, refiriéndose a este aspecto del filme, la realizadora señala que "era todo un desafío llevar una obra plástica en dos dimensiones, que la gente está acostumbrada a verla fija y reflexionar, a la imagen en movimiento y el sonido que propone el cine".
"La idea fue siempre que no se alterara en nada la esencia de los dibujos y que para el lector habitual fuera como un pasaje casi inadvertido de formatos", agrega Franca.
Algo que deja traslucir el filme es el fuerte diálogo que Liniers entabla con el mundo a través de los dibujos de sus tiras y cómo el hecho de dibujar es casi una obsesión compulsiva o un modo existencial permanente.
"Si veo en televisión algo siniestro o absurdo tengo que escribirlo, si me toca ir a visitar a alguien a un hospital o si voy a un funeral y vuelvo entristecido o rayado sé que tengo tres o cuatro personajes a los que les pregunto cosas profundas y complicadas", dice Liniers.
"Yo no tengo ni por casualidad las respuestas, pero quedan las preguntas flotando en la historieta y ya eso me hace bien", cuenta el dibujante.
"De hecho -agrega- inventé un personaje, Panchueco, que es Dios. Me divierte tirarle preguntas a Panchueco que no hay manera de contestarlas".
Sobre su propia inclusión en sus historietas, Liniers cuenta que "es un intento de investigar un poco en mí" y que pudo empezar a dibujarse libremente en la tira cuando lo hizo como conejo.
"Antes me dibujaba como persona y no podía despegarme de mí mismo, hacía algún chistecito pero nada más, en cambio cuando apareció el conejo me di cuenta de que era como el personaje de un clown con el que podía poder hacer papelones con más entusiasmo, eso aflojó las cosas y me permitió estar mucho más presente".
Hablando sobre todo el proceso de realización de la película, que duró en total cerca de tres años, Franca señala que al empezar una película "uno elabora esquizofrénicamente en su cabeza un proyecto e intenta pensar cómo van a suceder las cosas pero lo rico del documental es que después las situaciones que aparecen te ofrecen cosas totalmente diferentes a lo que te planteaste o imaginaste previamente y mucho más interesantes". (Télam)
Fuente:
http://ar.news.yahoo.com/s/01062010/40/n-entertain-trazo-liniers-llega-pantalla-grande.html
PROYECCIONES EN CINES A PARTIR DEL 3 DE JUNIO
Arteplex Belgrano: Av. Cabildo 2829.
Todos los días a partir del próximo jueves a las 13hs y 22:45hs.
Espacio Incaa KM 3 - Artecinema. Calle Salta 1620.
Sala 2 a las 17hs. Los días 3, 4, 8, 9, 10, 11, 15 y 16 de Junio
Sala 3 a las 17:30hs. Los días 5, 6, 12 y 13 de Junio
Espacio Incaa KM 2 - La Máscara. Calle Piedras 736.
Los lunes 7, 14, 21, 28 de Junio a las 18 y 20:30hs
http://www.liniersporfranca.blogspot.com/
.
